Un sábado de abril y un domingo de mayo salimos a caminar por el arroyo Meaques de la Casa de Campo. La ruta se organizó conjuntamente entre la Fundación Canal y Caminar El Agua y buscaba recorrer uno de los arroyos permanentes de la Casa de Campo, el Meaques, de la mano de expertos en ingeniería hidráulica, arquitectura, historia y botánica. Entre las dos jornadas participaron alrededor de 140 personas provenientes de diferentes lugares y de distintas edades, ¡incluso tuvimos a una pequeña caminante de 4 años! ¡Aquí te contamos los detalles!.
Nos encontramos a las 10 en punto en el metro Casa de Campo para adentrarnos caminando en este gran parque del área central de Madrid: la Casa de Campo. Un parque con vocación de bosque, de casi 2.000 hectáreas de terreno, dedicado en sus orígenes a la caza y recreo de la Monarquía hasta el año 1931 cuando es cedido al Ayuntamiento de Madrid para el disfrute y uso público.
El primer desafío de la ruta fue encontrar el agua, para posteriormente caminar por las orillas del arroyo explorando sus distintas intervenciones humanas, sus relaciones con la vegetación y sus transformaciones a lo largo de los 6,5 km propuestos. En la primera parte de la ruta descubrimos, de la mano del ingeniero de caminos, experto en ciclo integral del agua y depuración, Antonio Bolinches Quero, que la mayor parte del agua que circula por el arroyo Meaques es introducida artificialmente desde la línea 10 del metro. “Algunas líneas de metro atraviesan aguas subterráneas. Éstas se pueden filtrar al interior del túnel. Para extraerlas se coloca una bomba en el punto más bajo del túnel, en donde son recolectadas naturalmente. Posteriormente son extraídas y generalmente vertidas a la red de alcantarillado. En este caso estas aguas son derivadas hacia el arroyo Meaques, abasteciéndolo durante todo el año”, nos contó Antonio Bolinches.
Siguiendo nuestra ruta, el arquitecto Javier Malo de Molina, coordinador del equipo que diseñó el proyecto Madrid Río y profesor en la Universidad de Alcalá de Henares, nos invitó a ponernos en el lugar de los antiguos peregrinos del siglo VI que, atravesando la sierra, llegaron hasta Madrid. “Madrid es una de las pocas capitales europeas en las que el espacio natural, la sierra, llega hasta los pies de la ciudad y la Casa de Campo es la última parte de esa sierra, el último tramo a recorrer antes de entrar en contacto con el centro de la ciudad”, nos relató Javier. Posteriormente seguimos nuestro camino por la Senda Botánica de la Casa de Campo, un espacio que cuenta con una biodiversidad vegetal y faunística única en Madrid y que fue guiado por el catedrático en biología vegetal Manuel Peinado Lorca y el profesor de botánica forestal Juan Manuel Rubiales. Ellos nos explicaron sobre las relaciones de proximidad entre las especies vegetales y el agua del arroyo, entre otras cosas del paisaje vegetal que predomina en esa zona.
Más adelante, una serie de azudes aparecieron en el arroyo interviniendo su cauce. El experto Antonio Bolinches nos contó que estos azudes fueron construidos en los años 80, con el objetivo de generar láminas de agua que favorecieran la existencia de fauna. Además, los saltos de agua generados por los azudes sirven para oxigenar y limpiar el agua.
Un poco antes de llegar al lago de la Casa de Campo observamos cómo el arroyo se canaliza dividiéndose en dos: por una parte sus aguas van a abastecer el lago con casi un 90% de su capacidad, y por otra, las aguas son desviadas al colector general, sobre todo en períodos de lluvias y crecidas. Y desde ahí en adelante el arroyo superficial desaparece.
Al llegar al lago, el entorno silencioso, rural y protegido por la vegetación por el que veníamos caminando se desdibuja en un lugar abierto, urbanizado y ruidoso, con la presencia de restaurantes a la orilla del lago y el parking. Este lugar se transforma en el primer punto de encuentro con lo urbanizado, con la ciudad, y donde ya no vemos arroyo. Allí, Águeda García Durango, redactora jefe en iAgua, nos cuenta, entre otras cosas, que originalmente fueron construidos 5 lagos, uno de ellos era utilizado como pista de patinaje en hielo y es muy probable que su ubicación hubiera sido el actual parking del lago. Con el tiempo esos 5 lagos fueron reunificados en una sola masa de agua que es la que hoy conocemos.
Para seguir nuestro recorrido tomamos el camino por donde iría el arroyo si es que no hubiera sido entubado, una especie de vaguada seca, acompañada en algunos tramos por una tubería superficial por donde es transportada el agua del arroyo hasta el colector general. Muy cerca del final de la ruta, nos encontramos con el Acueducto de la Huerta de la Partida, construido para proveer de agua la antigua Huerta de la Partida, ubicada justo en frente del actual Mirador de la Huerta de la Partida y del Palacete de los Vargas. Estas huertas abastecieron a la Monarquía hasta la apertura de la Casa de Campo al público, momento en que fueron desmanteladas, quedando el acueducto como vestigio de esa historia.
Tras 4 horas de ruta llegamos al final del recorrido en el Mirador de la Huerta de la Partida, con hermosas vistas al perfil histórico de la ciudad y al río. Javier Malo de Molina concluyó la caminata con una reflexión sobre la ciudad y su relación con el río: “El río Manzanares siempre ha sido menospreciado por ser un río somero, de poco caudal, pero tal vez haya que entender que, al ser Madrid una de las capitales más altas de Europa, el Manzanares no es precisamente un río sino que es más bien un arroyo de montaña, al que todavía le faltan dos o tres derivadas para llegar a su desembocadura en el río Tajo”.
Para celebrar este encuentro y el final de la ruta dimos paso a los conciertos de Art Zaldívar y Club del Río, éste último nos dedicó una canción que trata sobre el nacimiento de un río.
Itinerario:
Durante la ruta se realizaron 6 paradas con intervención de ponentes:
1. Bomba extractora de aguas del metro y vaguada por donde son derivadas. Ponente: Antonio Bolinches Quero, Ingeniero de Caminos, Puertos y Canales, investigador Universidad Complutense de Madrid.
2. Puente de la Culebra. Ponente: Javier Malo de Molina, Arquitecto, profesor Universidad de Alcalá de Henares, coordinador equipo Madrid Río.
3. Senda Botánica de la Casa de Campo. Ponentes: Manuel Peinado Lorca, Biólogo, catedrático Universidad de Alcalá de Henares. Juan Manuel Rubiales, Ingeniero de Montes, profesor Universidad Politécnica de Madrid.
4. Azudes del arroyo Meaques. Ponente: Antonio Bolinches Quero.
5. Lago y Acueducto de la Partida de Sabatini. Ponente: Águeda García Durango, Licenciada en Ciencias Ambientales, redactora jefe en iAgua.
6. Mirador de la Huerta de la Partida. Ponente: Javier Malo de Molina.
Las fotografías son de Álvaro Aulló, Nuño Conde y Gonzalo Martínez.
Comments