Este año celebramos la Semana de la Ciencia de Madrid 2020 de una manera diferente, aceptando los desafíos de un año marcado por la incertidumbre y la adaptación al cambio, y nos pareció el momento perfecto para incorporar una nueva dimensión a nuestras rutas, la del arte, a través del dibujo y la observación del paisaje. A continuación te contamos cómo fue la experiencia de Dibujar y Caminar El Agua en esta Semana de la Ciencia 2020.
Celebramos la Semana de la Ciencia e Innovación los días 7 y 8 de noviembre con un recorrido guiado el Parque de la Ventilla junto a una arquitecta, una geóloga y un botánico.
El recorrido se complementó con un taller de dibujo de paisaje guiado por la artista Lucia Espinós Bermejo.
Esta experiencia nos permitió integrar conceptos de ciencia y cultura del paisaje y del agua desde el caminar, la mirada sensible y el dibujo en un formato libre.
Para su realización hemos contado con la colaboración de la Semana de la Ciencia de Madrid 2020, la Universidad Complutense de Madrid y el Observatorio del Agua de la Fundación Botín
Nos encontramos el sábado 7 y domingo 8 de noviembre para recorrer el Parque Rodríguez Sahagún, donde descubrimos parte de los acueductos de la importante obra de ingeniería hidráulica del Canal de Isabel II que permitió la traída de aguas del río Lozoya a Madrid. En concreto, en este parque se construyó un sistema de acueductos, que se pueden ver y recorrer a lo largo del mismo, debido a su accidentada topografía y la necesidad de salvar los desniveles para que el agua pudiese discurrir con una pendiente suave y constante.
Aquí reflexionamos sobre la importancia que le damos a estas infraestructuras tan importantes en la ciudad y la necesidad de integrarlas de una manera más cuidada y sensible a través de un trabajo de paisaje, junto a la promoción del conocimiento y valoración de nuestro patrimonio hídrico.
Caminando rumbo al oriente, conectamos con el Parque de la Ventilla, donde, junto a la geóloga y experta en hidrogeología de Madrid, Lucia De Stefano, descubrimos unos capirotes de piedra repartidos por el parque, pertenecientes al viaje de agua de la Alcubilla. Lucia nos explicó que estos capirotes servían para tapar los pozos de registro de este viaje de agua, que, junto a otras canalizaciones subterráneas, permitieron el abastecimiento hídrico de la población madrileña por medio de aguas subterráneas, provenientes del acuífero detrítico de Madrid, hasta mediados del siglo XIX.
Junto a Lucia reflexionamos sobre el consumo per cápita de agua a lo largo del tiempo en Madrid. ¿Sabéis cuánta agua para consumo humano se utilizaba en el siglo XVIII y cuánta consumimos hoy en día?
En el siglo XVIII, con el agua proveniente de las canalizaciones subterráneas llamadas viajes de agua, la cantidad de agua para consumo humano per cápita, estaba en torno a los 2,6 litros/persona. Hoy en día, consumimos 132 lts/persona, y el abastecimiento de agua en Madrid proviene del río Lozoya, desde la Sierra Norte de Madrid.
Durante la caminata, también nos acompañó el Doctor Ingeniero de Montes y académico Juan Manuel Rubiales con quien aprendimos a identificar las diferentes especies vegetales de los parques y su relación con el agua. Vimos fresnos, pinos, cipreses y también especies invasoras como el Ailanto, que estaban presentes a lo largo del recorrido.
Finalmente, tras dos horas y media de caminata, llegamos al taller de la artista Lucia Espinós Bermejo, en donde pusimos en práctica los conocimientos adquiridos y las observaciones realizadas durante el paseo, a través del dibujo.
En su metodología, Lucia Espinós busca que las personas se sientan cómodas dibujando de una manera desprejuiciada y abierta a la exploración, al ensayo y al error, que, en su método, es totalmente bienvenido. Realizamos los primeros dibujos a través de la escucha de un relato contado por los especialistas que nos acompañaron durante la caminata, en el que se relataban las diferentes características del paisaje por el que habíamos transitado, apoyado por la proyección de imágenes, mientras se invitaba a los participantes a dibujar lo que iban escuchando e imaginando, intentando no mirar el papel y no levantar el lápiz del mismo.
Este primer ejercicio nos sirvió para soltar la mano, y posteriormente realizamos otras experiencias lúdicas, tales como dibujar pequeños elementos que habíamos cogido durante el recorrido (hojas, ramas, frutos y otros), para trabajar la escala, dibujarnos las caras, la realización de dibujos rápidos en segundos y dibujos con más tiempo de desarrollo. Mira a continuación los resultados en imágenes.
La experiencia de Dibujar y Caminar El Agua nos ha permitido aprender desde la observación y la aplicación práctica, integrando el dibujo como una herramienta esencial para la generación del conocimiento y el desarrollo de las capacidades de observación. Muchas gracias a los que participaron y ¡hasta la próxima Semana de la Ciencia!
Agradecimientos:
Agradecemos especialmente a la Semana de la Ciencia de Madrid 2020, a la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid y al Observatorio del Agua de la Fundación Botín por haber hecho posible esta actividad.
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